II NOVENA
A LA VIRGEN DEL CARMEN
ORACIÓN PREPARATORIA PARA LOS
NUEVE DÍAS
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra
Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te
adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico.
Os reconozco por mi Dios y mi Señor. Creo en Vos
y creo firmemente en todos los misterios de nuestra Santa Fe Católica, en que
quiero vivir y morir. En Vos espero y de
Vos espero, me habéis de perdonar mis culpas, dar vuestra gracia, perseverancia
en ella, y la gloria que tenéis ofrecida a los que perseveran en vuestro amor.
A Vos amo sobre todas las cosas, por vuestra
bondad infinita. A Vos doy infinitas gracias por los beneficios que me habéis
hecho, y me estáis haciendo siempre. A Vos confieso mi suma ingratitud y todos
mis pecados, de todos me arrepiento, y os pido me perdonéis. Pésame, Dios mío,
de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, infinitamente bueno y digno de ser
amado. Propongo firmemente, ayudado con vuestra gracia, nunca más pecar;
apartarme de las ocasiones de ofenderos; confesarme, satisfacer por mis culpas
y procurar en todo serviros y agradaros. Perdonadme, Señor, para que con alma
limpia y pura alabe a María Santísima vuestra Madre y mi Señora, y alcance por
su intercesión lo que pido en esta novena, si ha de ser para mayor honra y
gloria vuestra y provecho de mi alma.
Amén.
Recese la
oración del día correspondiente:
ORACIÓN
FINAL PARA LOS NUEVE DÍAS
Oh
Virgen María, Madre de Dios y de los pecadores, especial Protectora de los que
visten tu sagrado escapulario; por lo que su Majestad te engrandeció escogiéndote
para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido hijo Jesús el
perdón de más pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el
remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones, y lo que en esta
Novena pido, si conviene para su mayor honra y gloria y bien de mi alma. Y yo,
Señora, para conseguirlo, me valgo de tu intercesión poderosa, y quisiera tener
el espíritu de todos los Ángeles, Santos y Justos para alabarte dignamente, y
en expresión de mis deseos, te saludo diciendo:
Flor
del Carmelo, Vis florida, Esplendor del Cielo, Virgen Madre singular, Madre
dulce que no conoció varón: asiste propicia a tus devotos, Estrella del mar.
V. Santa Madre de Dios,
siempre Virgen María.
R. Intercede por nosotros al
Señor Dios nuestro.
ORACIÓN:
Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa
la santísima Virgen María, Madre y Reina del Carmelo, para que, guiados por su
ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es
Cristo. Por el mismo Jesucristo Señor nuestro, que vive y reina con el Padre en
unidad del Espíritu Santo y es Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
DÍA
PRIMERO
Oh Virgen del Carmen María Santísima, tú, que fuiste
preservada de toda mancha de pecado desde el primer instante de tu concepción y
llena de los dones del Espíritu Santo, para ser digna morada del Hijo de Dios,
te suplico me concedas tu ayuda para que, siendo fiel a la gracia bautismal,
mantenga siempre mi alma limpia de pecado y el Espíritu santifique más obras y
toda mi vida y al presente consiga lo que en esta novena humildemente suplico.
Hágase la
petición, rezando a continuación tres Avemarías. Oración final. Lo mismo se
hará en los siguientes días.
DÍA
SEGUNDO
Oh virgen del Carmen María Santísima, tú, que te consagraste
en cuerpo y alma, como esclava del Señor, a la persona y a la obra de tu Hijo,
sirviéndole y amándole sobre todas las cosas y haciendo de tu vida un continuo
acto de servicio a su misión salvadora, concédeme que, asociándome a tu mismo
cántico de alabanza, proclame mi alma la grandeza de Dios y se alegre en tu
misma alegría y sienta en mi vida los dones de su misericordia, que colma de
bienes a los hambrientos; y ahora consiga en esta novena, por tu intercesión lo
que humildemente suplico.
Hágase la
petición deseada (.....),
Rezando a continuación tres Avemarías. Y
la oración final.
DÍA
TERCERO
Oh Virgen del Carmen María Santísima, que con inefable amor
de madre viviste los misterios de la infancia de tu Hijo y con fe viva
aguardaba en tu corazón y meditabas las palabras y los acontecimientos que rodeaban
los primeros años de Jesús y poco a poco desvelaban el admirable misterio y los
inefables designios de Dios Padre sobre la salvación de los hombres, concédeme
que, imitando tu fe, acepte siempre en mi vida los misteriosos designios de la
voluntad de Dios y con fe y humildad le sirva sobre la tierra y loe goce
después en el cielo; y ahora consiga lo que en esta novena humildemente
suplico.
Hágase la
petición deseada (.....),
Rezando a continuación tres Avemarías. Y
la oración final.
DÍA
CUARTO
Oh Virgen del Carmen María Santísima, tú, que en las bodas de
Caná nos diste ejemplo de amor a los hombres y de fe en el poder y la
misericordia de tu Hijo; tú, que escuchaste las palabras de vida que salían de
sus labios y las cumpliste mejor que nadie, enséñame a tener ese espíritu de
solicitud para con mis prójimos, esa fe y esa confianza en la misericordia del
Señor y que mi corazón y mi voluntad estén siempre prontos a escuchar la
palabra de Dios y a cumplirla y así servirle en esta vida y gozarle después en
la eterna; y ahora alcanzar lo que por tu intercesión en esta novena
humildemente suplico.
Hágase la
petición deseada (.....),
Rezando a continuación tres Avemarías. Y
la oración final.
DÍA
QUINTO
Oh Virgen del Carmen María Santísima, tú, que como nueva Era
estuviste junto al árbol de la vida; tú, que con fe, fortaleza y amor estuviste
de pie junto a tu Hijo clavado en la Cruz, ofreciendo tus dolores de madre
junto con los suyos para la salvación de los hombres, concédeme tu fortaleza
para que también yo acepte y ofrezca los sufrimientos de mi vida, para completar
en mi carne los dolores de Cristo y así colabore a la salvación del mundo; y
ahora os pido me concedáis lo que en esta novena humildemente suplico.
Hágase la
petición deseada (.....),
Rezando a continuación tres Avemarías. Y
la oración final.
DÍA SEXTO
Oh Virgen del Carmen María Santísima, tú que fuiste colmada
de alegría inefable en la Resurrección de tu hijo; tú, que, unida en oración a
los apóstoles y discípulos en el Cenáculo, imploraste el don del Espíritu
Santo, que ya te había cubierto con su
sombra en la Anunciación, concédeme que, perseverando en oración con la
Iglesia, me disponga a recibir los dones del Espíritu y guiado por ellos mi
vida sea un testimonio de fe, esperanza y amor como la tuya y un día pueda
gozar contigo de las alegrías del Reino; y ahora humildemente te suplico me
concedas lo que en esta novena te pido.
Hágase la
petición deseada (.....),
Rezando a continuación tres Avemarías. Y
la oración final.
DÍA SÉPTIMO
Oh Virgen del Carmen María
Santísima, tú, que fuiste colmada de alegría inefable en la Resurrección de tu
Hijo; tú, que, unida en oración a los apóstoles y discípulos en el Cenáculo,
imploraste el don del Espíritu Santo, que ya te había cubierto con su sombra en
la Anunciación, concédeme que, perseverando en oración con la Iglesia, me
disponga a recibir los dones del Espíritu y guiado por ellos mi vida sea un
testimonio de fe, esperanza y amor como la tuya y un día pueda gozar contigo de
las alegrías del Reino; y ahora humildemente te suplico me concedas lo que en
esta novena te pido.
Hágase la
petición deseada (.....),
Rezando a continuación tres Avemarías. Y
la oración final.
OCTAVO
DÍA
Oh Virgen del Carmen María Santísima, que fuisteis figurada
en aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio subir del mar, y
que con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, signifcando la purísima
fecundidad con que disteis al mundo a vuestro querido Hijo Jesús, para remedio
universal de nuestras almas. Ruégoos, Señora, me alcancéis de Su Majestad
copiosas lluvias de auxilios para que mi alma lleve abundantes frutos de
virtudes y buenas obras, con que, sirviéndole con perfección en esta vida,
merezca gozarle en la eterna; y al presente consiga lo que os pido en esta
novena, pues lo suplico humildemente, Madre y Señora mía.
Hágase la
petición deseada (.....),
Rezando a continuación tres Avemarías. Y
la oración final.
DÍA
NOVENO
Oh Virgen del Carmen María
Santísima, tú, que como madre de los hombres, sigues desde el cielo protegiéndonos
y amparándonos con tu intercesión; tú, que nos entregaste el santo Escapulario,
para que cuantos devotamente lo lleven vean continuamente en él un signo de tu
presencia alentadora y de tua mor, ayúdanos para que nuestra vida sea digna de
hijos tuyos, para que imitemos fielmente tus virtudes y en la hora de la muerte
experimentemos tu especial ayuda y consuelo; y ahora concédeme lo que en esta
novena humildemente suplico.
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