DÍA NOVENO
María, hermana en la comunidad cristiana
En escucha de la Palabra:
Con María la madre de Jesús (At 1, 12-14)
Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está próximo a Jerusalén la distancia de un camino sabático. Y cuando llegaron, subieron a la estancia superior, donde vivían, Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Zelota y Judas de Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres y de María la madre de Jesús y de sus hermanos.
Reflexión:
Jesús ha subido al cielo y la primera
comunidad cristiana se encuentra reunida para orar. Con ella está también la
Virgen María, como Madre y Hermana. También en nuestras asambleas, María ora
con nosotros. Actuemos de manera que nuestra participación en el misterio
eucarístico sea una participación alegre y llena de vida. Con nosotros está
Jesús. Con nosotros está María, su Madre y la nuestra.
Oración:
Santa María, hermana en la
comunidad cristiana, sé tú también nuestra Hermana en nuestra vida y en nuestra
oración. Santa María, hermana en nuestra comunidad, siéntate junto a nosotros y
reza con nosotros para que nuestra oración sea según el corazón de tu Hijo.
María, Estrella del Mar, Madre y hermana en el Carmelo, acógenos a todos bajo tu manto.
Me comprometo a contribuir en la animación de la
celebración eucarística dominical de mi parroquia, para que sea un verdadero
momento de gozo y de oración fraterna.
Flor del Carmelo
Viña florida
Esplendor del cielo
Virgen fecunda singular.
Viña florida
Esplendor del cielo
Virgen fecunda singular.
Madre tierna
Intacta de hombre
A los carmelitas
Proteja tu nombre
¡Estrella del mar!
Intacta de hombre
A los carmelitas
Proteja tu nombre
¡Estrella del mar!
Como Carmelitas, Vivimos nuestra vida en obsequio de Jesucristo y servirle
fielmente con corazón puro y buena conciencia a través de un comprometiéndose
en la búsqueda del rostro del Dios vivo (dimensión contemplativa de la vida),
en la oración, en la fraternidad y en el servicio (diakonía) en medio del
pueblo. Estos tres elementos fundamentales del carisma no son valores aislados
o inconexos, sino que están estrechamente ligados entre sí.
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